Una ecografía abdominal es un examen imagenológico. Se utiliza para ver los órganos internos en el abdomen, como el hígado, la vesícula biliar, el bazo, el páncreas y los riñones. Los vasos sanguíneos que van a algunos de estos órganos, como la vena cava inferior y la aorta, también se pueden examinar con ultrasonido.
El ecógrafo produce imágenes de órganos y estructuras dentro del cuerpo. La máquina emite ondas sonoras de alta frecuencia que reflejan las estructuras corporales. Una computadora recibe estas ondas y las utiliza para crear una imagen. A diferencia de los rayos X o las tomografías computarizadas, este examen no lo expone a la radiación ionizante.
Usted permanecerá acostado para el procedimiento. Se le aplica un gel conductor transparente a base de agua en la piel sobre el abdomen. Esto ayuda a la transmisión de las ondas sonoras. Luego, se pasa una sonda manual llamada transductor sobre el abdomen.
Usted tal vez necesite cambiar de posición para que el proveedor de atención médica pueda examinar diferentes zonas. También es necesario que contenga la respiración por períodos cortos durante el examen.
La mayoría de las veces, el examen tarda menos de 30 minutos.
Usted puede someterse a este examen para:
Encontrar la causa de un dolor abdominal.
Encontrar la causa de infecciones renales.
Diagnosticar y monitorear tumores y cánceres.
Diagnosticar o tratar ascitis.
Conocer la razón de la hinchazón de un órgano abdominal.
Buscar daño después de una lesión.
Buscar cálculos en la vesícula o el riñón.
Buscar la causa de exámenes de sangre anormales, como pruebas de la función hepática o pruebas renales.
Buscar la causa de una fiebre.